Arquitecto Albert Ballu / C.A.B.A. / Plaza San Martín / Pabellón Argentino / ex Museo de Bellas Artes

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Es extraño tener una misma obra en 2 países, pero esa es la característica de las 2 únicas obras de Albert Ballu en Argentina, (la otra es el Invernadero del Botánico) eran estructuras metálicas desarmables que estuvieron en la Exposición Universal de París en 1889 y luego llegaron a la Argentina. Siendo justamente desarmables, es un de los mayores crímenes al patrimonio que se haya perdido y no haber sido reubicado en Palermo o en la capital de alguna provincia.

Lo demolieron en 1934.

esto decian en la

Guide Bleu du Figaro et du Petit Journal 1889

Argentina

Argentina en la exposición de París 1889

Arquitecto (s): A. Ballu

En los últimos años, la República Argentina está de moda. Hablamos solo de Buenos Aires, de la prosperidad de Buenos Aires, de la emigración en Buenos Aires. En toda Europa, los gobiernos se han visto obligados a tratar seriamente esta emigración universal, que cada vez es más aterradora. Buenos Aires, es decir, la gran República Argentina, es la tierra del oro, de los negocios rápidos, de la fortuna rápidamente conquistada. Sin duda es para demostrar que esta reputación es legítima, que el país argentino se elevó al pie de la Torre Eiffel, no lejos de Brasil y México, un magnífico pabellón. Ves desde lejos un gran sol que corona el edificio. Es la. En un país verdaderamente republicano, la República Argentina compite oficialmente. Ha estado gastando mejor que otras naciones americanas. Su pabellón le costó un millón doscientos mil francos, y el lujo exhibido atraerá a franceses y extranjeros en multitudes. Entre todos los pabellones americanos, el de la República Argentina es, con el de México, el más importante. Para demostrar su amistad con Francia, este país rico no solo construyó un suntuoso edificio, sino que su Comité pidió a nuestros mejores artistas que pintaran las cúpulas, los paneles y las galerías. pintores y escultores franceses de renombre, por lo tanto contribuyeron a la ornamentación: Gervex, Besnard, T. Robert-Fleury, Cormon, San Pedro, Merson, Barrias Favre, Duffer, Chancel, París, Montenard, Duez, Toche, Jules Joseph Lefebvre , Leroux, Roll, Tureau, Hugues, Pépin, Ch. Gauthier, Dupuis y un centenar de otros están en todas partes en esta instalación. Faience es Parvillea, terracota de Loebnitz, arenisca de Muller, mosaicos de Facchina. Tú lo ves; estamos lidiando con un país republicano que hace cosas principescas.

Es el Sr. A. Ballu, el arquitecto cuyo nombre prescinde de todos los elogios, quien hizo el Pabellón Argentino.

En lugar de reproducir monumentos como lo hizo en la sección de Argelia, y en ausencia de una arquitectura característica de estilo mexicano, el Sr. Ballu se embarcó audazmente en todas las innovaciones que su imaginación sugerida para él. Ha tenido tanto éxito, que afirma haber sido plagiado en otras instalaciones que no están muy lejos de éste, y lo hizo tomar nota de la doble plagio por el presidente de la Comisión de protección de las obras artísticas del arte .

El pabellón argentino ocupa un área de 1.600 metros cuadrados en la planta baja y 1.400 en el primer piso. Todo de hierro y hierro fundido, está construido para que pueda ser desmontado y reconstruido en Buenos Aires.

Una gran escalera de hierro y madera llena el eje de la entrada. Alrededor del monumento, porque es un monumento real, hay una gran galería en el primer piso. Una gran cúpula, flanqueada por cuatro más pequeñas, corona el edificio. Todos los cabujones exteriores de vidrio están iluminados con luz eléctrica. Más de novecientos puntos luminosos le darán a este palacio, todas las noches, un aspecto de hada.

El señor Ballu quería recordar en todas partes la riqueza de la República Argentina. Éstas son las piedras preciosas y simplemente azulejos incrustados en terracota, vidrieras de un sistema absolutamente nuevo, empleados mosaicos, esculturas decorativas que coronan las cuatro torres de los ángulos, la entrada principal y la decoración de los colgantes de la gran cúpula en el en el interior. Está allí, y en el interior también de las cuatro pequeñas cúpulas que los grandes artistas franceses pusieron su firma.

Todo el pabellón está cubierto de loza, porcelana, mosaicos vidriados, arenisca esmaltada, vidrio en aplicación, piedras de primera elección. En una palabra, lujo en todas partes. El buen gusto del arquitecto ha extendido delicadamente la riqueza de este país alojándose en un pabellón absolutamente original.

La lista de productos y cosas para estudiar que la República Argentina va a exponer sería muy larga. Decidido a ser notado, en el buen sentido de la palabra, este país nos envía una multitud de expositores que son capaces de hacer muchas cosas. La República Argentina produce algodón, azúcar, té, mate, tabaco, cacao, café, etc. Sus árboles y sus plantas raras son innumerables, uno encontrará en este pabellón todas las especies de plantas dignas de observación.

La principal riqueza del país reside en sus inmensos pastos, y su colosal exportación de ganado es famosa. Sus carnes, sus extractos de carne, todo lo que es carne en Buenos Aires es absolutamente notable.

Una de las cosas más curiosas de la planta es la gran máquina de refrigeración que mantiene la carne fresca indefinidamente sin ninguna alteración. Los entendidos encontrarán, además, bellas muestras de lana, cuero, algodón, guarnicionería y especialmente alimentos enlatados. Todo esto explica la fiebre emigración a viajar a Buenos Aires, que se hizo con un gran número de habitantes de la vieja Europa, que se convirtieron fiebre monomanía en Francia, Italia, España. La exposición de la República Argentina no es solo un gran monumento artístico, sino un amable resumen de las maravillas de este país. Ciertamente, volverá muchas cabezas y aumentará el número de emigrantes que antes de todas estas riquezas no dudarán en emprender el largo viaje.